Estado

Elige emprender con ‘pastelito’ venezolano

Salió de su país con 60 dólares en el bolsillo y una ilusión en el corazón; ahora espera que le vaya bien en Ciudad Juárez con su negocio

/ Desde hace varios días se instaló en el primer cuadro de la ciudad hasta donde llegan las personas para degustar el platillo típico
/ Cliente con uno de los pastelitos que elabora Jairo

Verónica Domínguez/ El Diario de Juárez

martes, 19 septiembre 2023 | 06:50

Ciudad Juárez.- A cuatro meses de que Jairo José Peña, de 48 años, llegó a esta frontera procedente de Maracaibo, Venezuela, decidió quedarse para iniciar con un negocio propio de pastelitos.

Desde hace varios días, el migrante se instaló en la avenida 16 de Septiembre para vender el platillo típico de su país.

Fue hace dos meses que salió de su país con 60 dólares en el bolsillo y en el corazón la ilusión de cruzar a Estados Unidos, una cantidad que es poca para lograr el ‘sueño americano’, consideró.

“Vine caminando, llegué como pude, vendiendo caramelos por todo el camino, sufriendo mucho, pero también me vine en el tren”, dijo el migrante.

Jairo tenía un negocio en la localidad de donde proviene con maquinaria para elaborar los platillos, pero debido a la violencia tuvo que salir de su país. Posteriormente, llegó a Colombia para probar suerte, sin embargo, la necesidad lo trajo a esta ciudad.

Platicó que desde la ciudad de Torreón llegó en el tren a esta frontera, y durante su trayecto pudo sobrevivir con la venta de dulces, y el apoyo de las personas.

El pastelito es una pieza de masa de harina de trigo frita, a la que se le agrega algún tipo de carne o pescado y se adereza con una salsa elaborada con mayonesa y ajo porro.

“Como vamos empezando, a veces se nos pone pesado, porque casi nadie lo conoce, más que todo los compran los venezolanos, cuando uno dice pastelito ya saben qué es”, mencionó el entrevistado.

Jairo también ha trabajado como guardia de seguridad en el puente Paso del Norte y en la construcción, pero debido a los sueldos bajos que percibía prefirió iniciar con su pequeño emprendimiento, con el que espera crecer en esta ciudad.

A cuatro meses de que llegó a esta ciudad, aún no le dan una cita para solicitar el asilo político en Estados Unidos, por ese motivo decidió buscar una oportunidad en esta frontera.

“Si me va bien me quedó aquí, yo sé que este negocio es bueno, Juárez es una ciudad productiva… si hay oportunidad de hacer un emprendimiento lo hago, con una beca o una colaboración del Gobierno”, dijo.

El venezolano vive en el refugio Cruz Nueva Esperanza, que se ubica en la colonia Altavista, en donde elabora los pastelitos que por el momento sólo conocen sus compatriotas.