Delicias

Zapatos que incomodan

Opinión

Gabriela Franco Díaz / Editorialista

miércoles, 08 marzo 2023 | 11:33

Está de más contar la historia de la conmemoración del Día Internacional de la Mujer, cada año la escuchamos, parece que son pasos muy lentos y dolorosos los que han tenido que darse para que a la mujer le puedan ser reconocidos sus derechos, esos elementales, los que cualquiera pudiera decir ¿Fue necesario luchar por algo tan básico? Pero… aquí estamos, en pie de lucha por lo elemental todavía.

Hoy quisiera causar incomodidad, sí, incomodidad, esa que sentirías al usar zapatos que te molestan, los que son dos tallas más pequeños. Y te preguntarás ¿por qué?

Porque ya basta de que la violencia en contra de la mujer sea sólo una cifra, basta de que cada año en las marchas se corea Ni una más y cada día es UNA MENOS entre nosotros.

Y es que la lucha de la mujer comienza en cuanto nace, nacer mujer es nacer con desventajas en nuestra sociedad, es nacer para luchar. En el ámbito profesional, si acaso tienes el acceso a educación profesional, será trabajar el doble para que tu esfuerzo sea reconocido.

Pero el esfuerzo y la lucha no es lo difícil, lo difícil es nadar contra corriente, es no tener aliados para promover la equidad, no tener aliados para combatir la violencia, es que el Estado no lo vea como prioridad.

La impartición de la justicia no ha hecho fácil la resolución de este flagelo. Con tristeza vemos que el esfuerzo del Estado no solo es insuficiente sino en cierta manera nimia, como diría mi mamá a grandes males, grandes remedios.

Solo basta recordar las palabras de López “no quiero que los feminicidios opaquen la rifa del avión”, en su mente es más importante un cachito de la rifa que las mujeres cortadas en cachitos.

Debani, Mya, Patricia, Melissa, Gabriela, Juana, Rosario, Ana, Thelma, Marisela, Carolina….. no podría nombrar a todas las víctimas de violencia o de feminicidio, pero cualquiera de estos zapatos me gustaría que los calzara el Estado.

Una sociedad enlutada, donde el miedo a no regresar a casa después de tomar un taxi, la impotencia de ver agresores libres después de ser apuñaladas, o la revictimización de las mujeres en el intento de que se haga justicia.

Los colectivos de mujeres tienen muy claro lo que ocurre, se han manifestado, han levantado la voz, han propuesto iniciativas de Ley, pero la pelota ya no está en esta cancha, es el Estado, son los representantes populares, quienes deben ponerse estos zapatos y no quitárselos hasta que estén a la talla de una sociedad libre de violencia.

Escuchen, la tarea no está hecha, la calificación es reprobatoria, los esfuerzos a la fecha no son contundentes. NO queremos discursos emotivos, no queremos que se lucre con una bandera que no defienden en realidad, no queremos promesas, no queremos palabras, queremos que caminen al lado de las mujeres en los actos de horror que tenemos que vivir y que se pongan en nuestros zapatos, esos que no les calzan. Mientras tanto…. hay que hacer que les apriete el calzado.